A las 14:30 horas del sábado 10 de octubre el transito en el Distrito Fedral era inusual: Jugaba la selección mexicana. Una hora cuarenta minutos, 25 estaciones de metro y 8 de tren ligero después, estábamos en el Estadio Azteca. Toda la algarabía comenzó cuando se anunció la alineación local, cuando el sonido local mencionó "con el número 10, Cuauhtémoc Blanco", siguió con una rechifla impresionante al himno salvadoreño y con la fuerza y el orgullo que se cantó el himno nacional Mexicano. Arrancó al partido y al minuto y medio hubo un parón por la invasión de abejas en la portería defendida por los salvadoreños. En ese momento el público apoyó con todo a México y lo que vendría después sería indescriptible.
Cada avance de México era coreado, celebrado, aunque a fuerza de ser sinceros, jugó un muy mal primer tiempo. El autogol salvadoreño cayó al minuto '25 y todo fue la locura. Abrazos entre desconocidos enfundados en una playera verde, gritos de apoyo, las reacciones que provocaba Blanco ante más de 100,000 espectadores me hicieron recordar un concierto del ya ausente Michael Jackson. El primer tiempo concluyó, solo faltaban '45 minutos para sellar el pase mundialista.
En el segundo tiempo Cuauhtémoc sirvió un taquito a Vela, que hizo lo propio para dejar excelentemente bien encarado a Franco que ante la salida del portero cedió a Cuauhtémoc que anotó el 2-0 parcial. La locura se desbordó: gritos, abrazos, felicidad cantos... México estaba en Sudáfrica.
Por si fuera poco, Javier Aguirre hizo un cambio a todas luces pintado: Salió Blanco en medio de una ovación impresionante y de un estadio entregado, ingresó Palencia que, al '84 anotó el tercero de la tarde, nuevamente los abrazos, la alegría, la felicidad, los baños de cerveza y agua de riñón ya no molestaron a nadie, todos estábamos felices.
Gol Salvadoreño al '88 en un tiro impresionante en el que Ochoa pudo hacer más: El único momento de felicidad salvatrucho, pero dos minutos después ante un regalo de la defensa 'selecta' Vela, que estuvo muy impreciso definió exelentemente bien para silenciar nuevamente a los salvadoreños: MARCADOR FINAL, MÉXICO 4 EL SALVADOR 1.
He tenido la fortuna de presenciar partidos importantes de la liga local, de las ligas europeas, de copas mundiales y ahora de eliminatorias y puedo decir que la del sábado ha sido una de las mejores experiencias futbolísticas que he vivido: el ambiente, la entrega del público, la garra de los seleccionados (que insisto, no hicieron un buen partido y debemos mejorar enormidades para hacer un buen papel en tierras Sudafricanas) fue simplemente impresionante, como también fue impresionantemente tedioso el viajar 8 estaciones de tren ligero y 25 de metro con una borrachera impresionante para regresar a casa.
Cada avance de México era coreado, celebrado, aunque a fuerza de ser sinceros, jugó un muy mal primer tiempo. El autogol salvadoreño cayó al minuto '25 y todo fue la locura. Abrazos entre desconocidos enfundados en una playera verde, gritos de apoyo, las reacciones que provocaba Blanco ante más de 100,000 espectadores me hicieron recordar un concierto del ya ausente Michael Jackson. El primer tiempo concluyó, solo faltaban '45 minutos para sellar el pase mundialista.
En el segundo tiempo Cuauhtémoc sirvió un taquito a Vela, que hizo lo propio para dejar excelentemente bien encarado a Franco que ante la salida del portero cedió a Cuauhtémoc que anotó el 2-0 parcial. La locura se desbordó: gritos, abrazos, felicidad cantos... México estaba en Sudáfrica.
Por si fuera poco, Javier Aguirre hizo un cambio a todas luces pintado: Salió Blanco en medio de una ovación impresionante y de un estadio entregado, ingresó Palencia que, al '84 anotó el tercero de la tarde, nuevamente los abrazos, la alegría, la felicidad, los baños de cerveza y agua de riñón ya no molestaron a nadie, todos estábamos felices.
Gol Salvadoreño al '88 en un tiro impresionante en el que Ochoa pudo hacer más: El único momento de felicidad salvatrucho, pero dos minutos después ante un regalo de la defensa 'selecta' Vela, que estuvo muy impreciso definió exelentemente bien para silenciar nuevamente a los salvadoreños: MARCADOR FINAL, MÉXICO 4 EL SALVADOR 1.
He tenido la fortuna de presenciar partidos importantes de la liga local, de las ligas europeas, de copas mundiales y ahora de eliminatorias y puedo decir que la del sábado ha sido una de las mejores experiencias futbolísticas que he vivido: el ambiente, la entrega del público, la garra de los seleccionados (que insisto, no hicieron un buen partido y debemos mejorar enormidades para hacer un buen papel en tierras Sudafricanas) fue simplemente impresionante, como también fue impresionantemente tedioso el viajar 8 estaciones de tren ligero y 25 de metro con una borrachera impresionante para regresar a casa.
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