Una tarde de verano haya como por el 87, era un verano de esos inolvidables, ya que el calor agobiante no te dejaba ni respirar y la humedad era matadora.
La barra de gurises que jugábamos en el grandioso Club Marconi, aunque de grandioso no tenía mucho pero bue…mi abuelo fue uno de los fundadores y mi viejo (mi padre) fue tesorero así que era el grandioso Marconi, y vino el Tano y comentó que estaban llamando para jugar en las formativas de Peñarol; se conmocionó el barrio que por mayoría era manya (fanáticos de Peñarol)
El Marconi es un cuadrito de barrio, cerquita a la vuelta del cementerio del norte ta la cancha, que según el último conteo realizado por el I.F.E. hay mas pedazos de botellas que piedras, aunque estamos exigiendo los ex jugadores el conteo área por área y portería por portería, porque realmente no confiamos en ese último conteo.
El Marconi con su camiseta blanca y una raya en azul atravesando desde el hombro hasta la cintura; cuadro de barrio como se dice en mi tierra; no creo haya una persona en todo el cementerio del norte que no haya jugando o defendido sus colores, quien no recuerda o no ha escuchado la historia de aquella final de 63 cuando perdieron por un gol en orsai (offside para los no entendidos del idioma charrua), cosas del destino no permitieron ascender a segunda división.
Aquel verano arrancamos como 12 botijas del Marconi a probarnos al grandioso Peñarol, llegamos con lo que teníamos, muchos de los botijas sin championes (tenis de fútbol) pero con unas grandes esperanzas, las rodillas sucias y el olor a naranja no se borraba de las manos, los dientes se veían desde el maracaná.
De los 12 botijas nos regresamos 11 con la cara raspando el piso de la tristeza ya que nos dijeron la famosa frase “nosotros te llamamos”, y ya es sabido que quiere decir “botija aprende algo y dedicate a las 8 horas”; solo el Chelo quedó y siguió, jugó hasta cuarta división y de ahí paso a El Tanque Sisley y nunca mas supimos nada de el Chelito, dicen que lo vieron cargando camiones en el mercado de frutas y otros que lo vieron en buenos aires trabajando en el puerto.
Si alguien lo ve le dice que todavía debe el asado que prometió si jugaba en primera división, tamos todos esperando.
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