martes, 22 de julio de 2008

El día que se volvió a enmudecer el Maracaná

Dicen que la historia siempre se repite y en este caso no fue la excepción.
Isla de Florianópolis, estado de Santa Catarina, Brasil; verano de 1995, un día caliente como todos aunque en ese mes Florianópolis tiene un promedio de 31 días de lluvia mas o menos, ese año aunque parece increíble el sol salió por 4 horas, la gente aún recuerda como en Tijuana las lluvias del 93, pero en floripa de habla de las 4 horas del verano del 95.
La selección uruguaya de fútbol estaba de vacaciones disfrutando de esas playas hermosas, aunque realmente ninguno sospechaba que iba a ser llamado a representar a su país, quien se iba a imaginar de esa citación tardía digamos que ya sobre la marcha, horas antes del partido.
Ahí la suerte de defender a su país golpeó sus puertas, si, estábamos atorranteando (tirando hueva) tomando unas cervezas cuando un muchacho brasilero se atrevió a decir la frase que se clavó en nuestros corazones y traducida al español fue algo así “che uruguayos juegan un partido Brasil – Uruguay”; era imposible decirle que no a la celeste, era representar a todo un país, 3.000.000 de corazones se iba a paralizar aunque muchos nunca se enteraron de dicho encuentro.
Salimos a la cancha con un refuerzo argentino ya que no nos completábamos, el golero era un porteño que en cuanto escucho la atrevida confrontación se nos unió ya que su odio a los cariocas era satelital, el Teño como lo apodamos fue de golero, línea de fondo con una enorme garra con el Tolo por derecha y yo por izquierda, en medio el Menchu y su gambeta y adelante el Teo y su técnica; el partido se iba a poner mas emocionante cuando antes del partido los flaquitos de piel morena que se veían muy hábiles quisieron apostar 24 litros de cerveza (dos cajones les decimos nosotros).
Por supuesto que no podíamos echarnos pa atrás, era la ilusión de todo un país sumada a la peda gratis y todavía ganarle a los brasileros y poder tomar frente a ellos ya que todos trabajaban en ese hotel de playa donde estábamos.
El maracaná estaba como nunca, lleno a reventar, las 30 personas que se juntaron a ver el partido estaban nerviosas por tan duro y expectante encuentro, el piso de arena cansaba los corazones y de pronto un silencio teatral detuvo el tiempo y el juez dio comenzado el partido; nunca nadie se hubiera imaginado el resultado de esa tarde, maracaná se volvió a enmudecer y las 30 almas no encontraron donde calmar su pena, dicen por ahí que hubo mas de un suicidio aunque realmente nunca nos sentimos culpables de eso.
El resultado Uruguay 10 – Brasil 0, el resultado final una manga de uruguayos y un argentino pedos en el bar de la alberca y disfrutando de la bronca de los brasileros que duro 10 días mas, las caras arrastradas y dejando surcos por donde caminaban hacía mas sabrosa la victoria.
Nunca nadie olvidara esa selección, la garra que puso frente a la adversidad fue increíble, como decía mi viejo “a los brasileros les pegas un par de patadas y se cagan”, ellos nunca sabrán que esa frase fue la motivadora para esta selección que volvió a hacer historia y volvió a enmudecer a todo Brasil.

Basado en un historia 100% real.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja . que paliza que le dimos a esos brazucas che . jugamos a lo uruguay y los pasamos por arriba . gracias gonza por esta pastilla para la memoria diria etchandi . un abrazo , el tolo . integrante de esa seleccion uruguaya

Capi dijo...

No entendí, pero bueno bueno, que podíamos esperar de ti... (No es cierto Gonza), muy muy buen post. Un abrazo.