lunes, 25 de mayo de 2009

Obdulio Varela

Uruguay noma!!!!!!!!!!!!!! Uruguay carajo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Gritaban los 23 guerreros charrúas minutos después que el árbitro diera por finalizado el partido, por primera vez en la historia de Brasil este país se había quedado mudo, nadie grito, nadie siquiera se quejo ni con el juez ni con sus propios jugadores ni con nadie.
El cielo estaba más celeste que nunca y la alegría desbordaba las almas de los charrúas que a pesar de ser solo 23 el grito era de 3.000.000 y retumbaba en el paisito con forma de corazón y por segunda vez en la historia el mundo hablaba de un paisito con nombre de río que quedaba vaya a saber por dónde pero la palabra Uruguay, celeste y garra charrúa se imprimían en el diccionario del fútbol mundial.
Los muchachos luego del partido y baño salieron a festejar y en el medio del festejo una persona desapareció, era tal la algarabía que muy pocos se dieron cuenta y dada la personalidad del ausente nadie se animó a levantar un dedo.
El “negro jefe”, el gran Obdulio Varela había decidido dar una vuelta por los alrededores de Rio de Janeiro, su color de piel hacía que pasara desapercibido entre las multitudes que no dejaban de llorar por la pérdida tan grande.
El gran Obdulio quien fuere el capitán de la selección que lograra la más grande hazaña del futbol mundial no podía perder su humildad y mientras sus compañeros agonizaban en el alcohol y mujeres Él se sentó en un bar pequeño en un “morro” en una zona muy humilde del afamado Río, desde ahí se podía apreciar una ciudad más iluminada que nunca ya que las luces se reflejaban como nunca en cada cara carioca.
Cuentan que Obdulio se paso toda la noche sentado tomando unas “cañitas” y charlando en su portuñol con cada borracho que paraba ahí mas nunca le dijo a nadie quien era él ni de donde provenía.
El prefirió ver y sentir en carne propia lo que pasaba por las cabezas cariocas en un momento tan triste y consolar a cuantos pudiera en lugar de festejas, y como siempre en su vida demostró que la humildad nunca se pierde más allá de la alegría.
Años más tarde fallecería el más grande jugador charrúa que jamás haya pisado una cancha de fútbol, y murió tal como vivió su vida, humildemente por no decir pobre; el mediocre gobierno uruguayo NUNCA les dio a los grandes campeones ni una pequeña parte de la alegría que ellos nos dieron y nos dan a cada uno de los uruguayos que habitamos este mundo
Para terminar nada mas les dejo un pedacito de la letra de una canción de Jaime Roos

“Asomando por el túnel
Dominando la emoción
A la cancha la celeste
A las páginas de gloria
Escalón por escalón
Vamo'Vamo' arriba la celeste
Vamo'Desde el Cerro a Bella Unión
Vamo'Como dice el Negro Jefe Los de afuera son de palo
Que comience la función
Vamo'Vamo' arriba la celeste
Vamo'La de ayer y la de hoy
Vamo'Que la copa está preciosa
La tribuna la reclama
Uruguay que no ni no
Vamo'Vamo' arriba la celeste...”

1 comentario:

Aldebarán dijo...

Tremendo, que personaje, me quito el sombrero ante tamaño capitán, excelente post Gonza!

un abrazo