La primera vez que llegamos (el duende y yo)
En estos tiempos, donde poner la imaginación al servicio de la memoria parece legitimar opiniones. Voy a rehusar hacer uso del derecho que tengo a mentir. Así que no pienso decirles que veo las finales de la UCL desde chiquito, pues me da pena mentirles tan descaradamente. Lo que sí puedo contarles, es el día exacto en que la final de la Champions League me demostró que es el evento futbolístico (que no mediático, ahí si nos sigue ganando el mundial de futbol) más importante de todo el pinche mundo. Fue el 26 de mayo de 1999. La final entre Manchester United y Bayern Munich.
Me falta tiempo y me sobran palabras para por lo menos intentar narrarles lo sucedido aquel mágico día cuando el duende del buen futbol pisó la cancha del Nou Camp. Así que mejor les dejo
el video, en pésima calidad y con una sola cámara (aún así mejor que lo yo pudiera decirles) de aquellos tres minutos que cambiaron mi vida.
Sí, en esos minutos que añade el arbitro y que muchos eficionados desprecian para evitar el tráfico, Manchester United logró eso que parecía imposible, arrebatarle de las manos la orejona (por cierto, me caga que le digamos así) al Bayern Munich.
A partir de ese momento, he asistido puntualmente a mi anual cita con la final de la UCL. Para enfadarme algunas veces, aburrirme las otras, pero siempre convencido de que en cualquier momento el duende puede venir a regalarme eso que infructuosamente mendigo frente al televisor y muy pocas veces en una cancha: un poquito de buen futbol.
Cuando volvió el duende
Seis años después, volvió el duende. Esta vez la cita fue en Turquía. El juego entre Liverpool y AC Milán. ¿Qué hizo el duende? Otra vez lo que para los ojos incapaces de ver volar a los perros parecía imposible: ¡revivió a un muerto!
Al medio tiempo Liverpool lo perdía con Milán 3 - 0 Maldini y Crespo eran los verdugos (ver-du-gos, no sean mal pensáos) hasta el momento. Hasta que el duende se sacó la varita y dijo, mejor dicho susurró sus palabritas mágicas, y ¡voilá! un poquito de futbol... Liverpool le dió la vuelta hasta ganarlo en penales.
Nadie sabe cómo se llama ese duende, ni de donde viene mucho menos dónde va a estar. Lo que sí es que es bastante feo, es un mounstrito verde con burbujeantes granos que habla en un indescifrable idioma (más o menos como el inglés de Peña Nieto, para que se den una idea). Nadie sabe qué come, o que le gusta. Así que ni como ponerle una trampa. De repente aparece en una Champions League, o en una Libertadores, en el mundial o en el patio de alguna primaria. Lo que sí puedo decirles, es que ese duende ha estado más veces con los futbolistas que mañana se disputan la orejona el presente año que ningunos otros. Y tal vez llegue o tal vez no. Tal vez, él quería que la final fuese entre Barcelona y Real Madrid. Pero con o sin duende, el de mañana es sin duda el partido, futbolísticamente hablando, más importante del año y cualquiera de nosotros los que consideramos al futbol como el más hermoso de los deportes, tenemos nuestra anual cita con la final de la UCL. Que si llega o no llega el puto duende... pues mañana les digo.
Lucho
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