sábado, 23 de agosto de 2008

Historias de fútbol - La vuelta olímpica


El viaje fue muy largo y el barco no les dejaba entrenar como debían, estos muchachos gorditos muchos de ellos y de origen muy humilde no se imaginaban nunca que estaban a punto de hacer historia.
El viaje desde Montevideo hasta Vigo emprendía casi dos meses, dos meses lejos de la familia y amigos pero apoyando a esta selección que venía de salir campeona de América pero que por primera vez salía del continente a jugar un campeonato del mundo.
Hicimos un asado en la popa del barco que era donde entrenaban los muchachos y conversando con ellos saltó a flote la humildad del gran Scarone y ni hablar del liderato in nato del gran capitán Nasazzi, la humildad estaba a flor de piel y las ganas de hacer historia también relucía.
Los entrenamientos duraron solo 12 días ya que las 50 pelotas que había llevado fueron cayendo a los lados del barco dejando una huella de fútbol como para que el que pasará luego supiera que ahí iban los campeones del continente; después de eso todo se resumió a correr dando vueltas al barco y no mucho mas.
Llegamos por fin a Vigo es el 7 de abril de 1924 y ahora la cosa cambio, jugaron 9 partidos y ganaron los 9, el pueblo español se preguntaba quienes eran estos muchachos vestidos de celeste, Uru... que preguntaban y ante nuestra respuesta de Uruguay, automáticamente nos preguntaban que en que parte de África se encontraba esa isla.
Días después comenzaba el mundial de fútbol, la ciudad francesa de Paris presentaba un marco increíble aunque también nos tocaba jugar en Colombes y nadie, y aunque me cueste decirlo, ni yo mismo me imaginaba que podíamos empezar a escribir la historia y hacerles saber que ese paisito de menos de 3 millones de personas podía dar cátedra de como se jugaba al deporte de los británicos.
Como anécdota quedó el entrenamiento a puertas abiertas, las selecciones contrarias mandaron gente infiltrada para ver como jugaban estos indígenas que venían del otro lado de mundo, el técnico celeste preparó una practica de broma y los jugadores se tropezaban constantemente con la pelota y todos sus disparos iban muy lejos del arco, nunca los Yugoeslavos sospecharon esto y al final se encontraron con el campeón de América que ese día de la mano de "la maravilla negra" los destrozarían.
La gente de Paris y de Colombes fue conociendo a medida que se daban los resultados 7 a 0 a Yugoslavia, 3 a 0 a los gringos, 5 a 1 a los locales, 2 a 1 a Holanda, 3 a 0 a Suiza una final increíble.
La gente de pié no dejó de aplaudir, a mi personalmente me temblaba el cuerpo y las lagrimas no me dejaban de caer, le estábamos diciendo al mundo Acá estamos, no somos una isla en el medio del océano y por primera vez los muchachos dieron una vuelta a la cancha aplaudiendo a la gente, agradeciéndole todo, ahí nació la Vuelta Olímpica, los campeones olímpicos le agradecieron al pueblo francés por todo el cariño.
Un humilde homenaje a los campeones mundiales de 1924


2 comentarios:

Capi dijo...

La nostalgia del fútbol de ayer, me hubiese gustado poder ver ese fútbol romántico en el que se jugaba por amor a la camiseta, al país y al deporte, no el fútbol de los comerciales de nike, de los millones de euros, de las portadas de revistas, pasarelas y marketeo. Genial post Gonza.

Aldebarán dijo...

Me imagino la unidad y tamaños de un equipo así para viajar durante dos meses para demostrarle al mundo la calidad que se tiene...como dice el capi, sin marcas ni millones, con pura pasión y amor al juego, que buen post.